viernes, 17 de septiembre de 2010

Conociendo jurados: hoy, Sofía Vaccaro

30 de abril de 2010 - Integrante del jurado de la Competencia de Cortos Argentinos, la realizadora además presentará su último film, Nina. También, docente, ocupó cargos en la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños. Trabajó para la BBC

Son pocos los casos como el de Sofía Vaccaro en los que se ve con tanta nitidez cuáles son las obsesiones de un artista. Le interesa el cine, el cual ejerce como realizador o docente, pero también que el cine sea una herramienta para reflejar ciertos aspectos de nuestro acontecer latinoamericano. En su último film, Nina, se mete con un tema complejo como la prostitución y, debido a un rigor casi documental, logra un film atrapante y sentido, que está teniendo un camino exitoso en los festivales donde se presenta.





Y tanto Nina, como Vaccaro, serán de la partida en el 6º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (MARFICI). La película participará de la sección Danza con los sueños, mientras que la directora será integrante del jurado que elegirá los mejores Cortometrajes Argentinos. “Va a ser difícil jurar por el mejor, pero siempre será muy rica la experiencia”, anticipa la realizadora a días de comenzar su labor en el Festival.


Repasando su currículum, observamos cómo el cine se ha relacionado siempre con lo social y la educación: ha sido jefa adjunta de la Cátedra Documental de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, y cubrió cargos en la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video. Sin embargo su rol como documentalista -trabajó en la BBC- es el que ha hecho que su nombre figure en los medios de todo el mundo. Ya había logrado buena repercusión crítica con su anterior film Juva y washiná. Con Nina, parece explotar aún más desde lo narrativo y lograr un documento inapelable sobre una realidad indeseable.


-¿Qué nos puede decir sobre Nina, su última película?


Es una experiencia audiovisual bastante particular, donde intentamos crear una obra artística con un fin social, en base a un tema duro y preocupante, que afecta no sólo a nuestro país sino al mundo. Todo comenzó a raíz de un premio que el Festival Internacional Oberá en Cortos de Misiones otorgó a mi cortometraje anterior realizado en Inglaterra. El premio consistía en recursos para desarrollar un nuevo proyecto en la región del NEA, con un equipo técnico que integrara a realizadores de Buenos Aires y el NEA, además de Inglaterra en nuestro caso.






-¿Cómo se implementó ese intercambio?


Este intercambio cultural y profesional posibilitó el enriquecimiento del trabajo creativo desde las distintas perspectivas, involucrando no sólo a realizadores y técnicos, sino también a actores y a la comunidad en general de Misiones y de la vecina ciudad de Encarnación en Paraguay. El compromiso que nos unió además, fue abordar -a través del cine- un tema grave y difícil que afecta a esta región de nuestro país. Una región que limita con Paraguay y Brasil, donde operan redes delictivas que se valen de la vulnerabilidad social para captar a jóvenes con el fin de utilizarlas como esclavas sexuales. Basada en hechos reales, la película se sitúa en una colonia de Oberá, donde vive y trabaja la joven Nina, y en la ciudad fronteriza de Encarnación (Paraguay) donde vive su prima Lourdes. La historia nos devela de qué manera ambas son engañadas y llevadas hasta un lugar desconocido, donde serán explotadas sexualmente.


 -¿Desde lo personal, está satisfecha con el trabajo?


Estoy muy satisfecha con el trabajo, realmente superó mis expectativas. Hay procesos artísticos de creación audiovisual que son especialmente intensos, audaces y enriquecedores para quienes los atravesamos, y que nos premian con el reconocimiento del público y con la valoración de la obra por parte de nuestra sociedad. Ese es el caso de Nina. El proyecto obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes, pero además contó con el auspicio del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, y del Ministerio de Derechos Humanos de la Provincia de Misiones. A estos apoyos se sumó la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba) para la fase de postproducción. Ha comenzado con éxito su recorrido por festivales internacionales, recibiendo un premio especial del XI Festival Internacional DERHUMALC Cine de Derechos Humanos y una Mención Especial del XXIV Festival de Cine Latino Americano Trieste. Y hace un par de días obtuvo el Premio del voto del público en la Muestra de Cine Social de Concordia, Entre Ríos.


 -¿Era conciente de que se enfrentaba a un tema complejo y que todo dependía de la forma en que fuera tratado desde la puesta?


Totalmente. Una de las primeras preguntas que nos hicimos al elegir este tema fue “¿por qué hacer una película sobre este tema? ¿Para qué?”. Esas preguntas nos delimitaron nuestros objetivos sociales y educativos, y esos objetivos a su vez nos delimitaron el público a quien sería dirigida: público adolescente, maestros y padres de nuestro país, especialmente del interior y de las áreas pobres y vulnerables mayormente. Entonces así pudimos definir la forma particular en que trataríamos el tema. No sólo la puesta sino todo el desarrollo realizativo, la decisión de trabajar con la mayoría de no actores (sino miembros de la comunidad que hagan de ellos mismos) y filmar en locaciones reales. Es importante decir que Nina está formando parte de un programa de educación en escuelas secundarias llevado a cabo por el Ministerio de Educación de Misiones y la Subsecretaría de DDHH de la Ciudad de Buenos Aires. Pero se está trabajando en su implementación a nivel nacional. Y además se utiliza en capacitación y formación para adultos en ONG’s y otras instituciones.


 -¿Realizó algún tipo de investigación particular?


El film se basa en casos reales, pero no es un documental, sino que escribimos un guión a partir de una investigación de varios casos reales. Por otro lado está filmado en las locaciones donde sucedieron esos casos reales. Realizamos una investigación durante varios meses, basada en reuniones y conversaciones con especialistas en la temática que trabajan en campo (Coalición de ONG’s Alto a la trata) como por ejemplo las psicólogas y asistentes sociales que trabajan con las víctimas, quienes nos pudieron dar testimonios de las vivencias de estas chicas, después de los tratamientos psicológicos por los que pasaron durante algunos meses.

 -¿Nina encaja en alguna corriente estética del cine nacional actual o toma un camino independiente?


No lo sé realmente, tal vez eso pueda responderlo algún crítico de cine. Es una película bastante particular por todo lo que conté arriba, incluso su duración (que no llega a la duración clásica de los largometrajes).
 -¿Cuál es su expectativa como jurado del MARFICI?


Bueno, tengo las mejores expectativas, imagino que nos encontraremos con muchos buenos cortometrajes y que va a ser difícil jurar por el mejor, pero siempre será muy rica la experiencia.

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